Sintomatología
Perros:
La sintomatología comienza con el estado prodrómico, que dura 2-3
días, aunque a menudo pasa desapercibido por el propietario del
perro. Se caracteriza por un cambio repentino en el comportamiento.
Tras el estado de prodromos, podemos encontrar dos síndromes:
rabia furiosa,
o rabia muda. Hay animales que pueden alternar ambas formas. La
muerte sobreviene tras 3-7 días finalizada la etapa prodrómica.
·
Forma furiosa: el animal se muestra intranquilo, permaneciendo
sentado o tumbado en un sitio y, si es confinado, se mueve
incesantemente. Las pupilas están dilatadas, hay pérdida del
reflejo corneal, el animal permanece alerta, y puede lanzarse a
objetos imaginarios. Hay un cambio en la fonación, emitiendo aullidos
roncos. Puede mostrar insensibilidad al dolor. Los barrotes de las
jaulas, o cualquier objeto que se encuentre, son mordidos, y a menudo el
animal aparece con el hocico lacerado y con heridas en las encías. Si el animal
tiene espacio, corre sin control. Tiene un apetito distorsionado, ingiriendo
piedras, tierra, etc. Puede presentar fotofobia e hidrofobia. En 1-4 días, esta
sintomatología es sustituida por ataxia progresiva, convulsiones y parálisis
ascendente.
·
Forma muda: el perro permanece quieto, y solamente muerde cuando es
provocado. Puede esconderse, y la mirada alerta que se observa en la forma
furiosa también aparece aquí. Hay parálisis y temblores musculares. Un signo
característico tardío es la parálisis de la mandíbula y la lengua, que cuelga de
la boca. Hay hipersalivación, y el perro es incapaz de comer y beber. En
contraste con la rabia humana, la hidrofobia es un signo raro en el perro y
otros animales. La parálisis va en ascenso y la muerte sobreviene
unos días después, normalmente a causa de parálisis en los
músculos respiratorios.
Gatos:
Normalmente, la sintomatología es similar a la de los perros,
aunque se observa con más frecuencia la forma furiosa. El estado
de prodromos dura más de 24 horas, y la forma furiosa, de 1-4
días. Los gatos rábidos a menudo tienden a esconderse, desde
donde atacan ferozmente cuando son descubiertos. Sus pupilas están
dilatadas. Dorso arqueado, y las garras en protrusión. Maúllan
continuamente y este maullido llega a ser ronco.
Según progresa la enfermedad hacia la fase paralítica, aparece una
marcada incoordinación, seguida de posterior parálisis. Los
músculos de la cabeza
llegan a paralizarse y el animal pronto cae en coma y muere.